LA VERGÜENZA TIENE DOS CARAS

Humillados, vejados, maltratados. Una realidad que se ha vuelto una costumbre. Sport Boys fue avergonzado en el norte del país; el local, Alianza Atlético, -colero del campeonato y el equipo con menos triunfos- le aplicó una soberana paliza que difícilmente se podrá olvidar. El equipo del puerto volvió a ser un desastre, una vergüenza para su historia y para su sagrada camiseta.

El peor equipo del torneo, sin mucha calidad lo apabulló, le dio de alma. No se entiende que sucede con los rosados cada vez que salen del Callao. Se han jugado doce partidos de visita y no se ha ganado ni uno. A duras penas se empataron dos, los demás fueron sendas goleadas, que demuestra el pobre nivel físico, deportivo y psicológico que tienen los rosados cuando salen del Callao.

En una semana la actitud cambió

Tal vez es hora de buscar un psicólogo. Tal vez es hora de dejar en su casa a aquellos jugadores que se les afloja las piernas cuando juegan en otras canchas. El tema pasa por lo mental, no es posible que el equipo muestre un juego, una actitud en su casa y muestre otra cuando sale de visita.

Parece que tuviéramos un equipo de dos caras, de dos juegos distintos. Uno cuando juegan en el Grau con el apoyo de su gente, donde el fútbol, la garra y la actitud sale a flote; y otro cuando juegan fuera, sin hinchas, con un juego patético, con imprecisiones, con una falta de compromiso evidente y constante.

El técnico rosado tiene que evaluar y buscar una solución inmediata a éste “terror” de jugar lejos de casa. Y es que ni el mismo entrenador sabe lo que pasa. En Piura utilizó el mismo esquema y los mismos jugadores que vienen alternando y que en el Callao le da resultados, pero en provincia parece que no.

"Nacho" Drago, el gran sacrificado

Con solo una variante en el fondo -Shuller por Callens, suspendido por cinco amarillas- los rosados salieron timoratos a la cancha. En menos de cinco minutos, el local ya había generado dos ocasiones claras de gol. Y no es pretexto la hora ni el estado del campo de juego, la defensa fue una puerta abierta y el vendaval se metió con todo.

El primer gol llegaría por su propio peso. Las imprecisiones de los rosados se evidenció más, luego de ese tanto. No supieron recomponerse y para la complementaria la humillación fue completa. Hasta ahora Shuller y Vásquez deben seguir buscando al colombiano Caicedo. El colocho hizo lo que quiso con la defensa porteña, marcó dos goles y habilitó a su compatriota para que aumente la goleada. Sobre el final, Vegas sentenció el partido.

Técnico rosado tiene mucho trabajo por delante

Sin duda, una derrota que duele y que preocupa. Y preocupa por el nivel mostrado fuera de casa y por la poca vergüenza que tienen a la hora de enfrentar esos compromisos. La próxima semana recibirán al León de Huánuco, rival sumamente peligroso y difícil, más ahora que viene entonado por sus últimas victorias.

Para salvar la categoría se tiene que ganar todo de local y rescatar algunos puntos fuera. Boys solo está haciendo lo primero y de esa manera va hacer bien difícil lograr el objetivo. Se tiene que cambiar la actitud, dejar los miedos atrás y jugar los partidos como guerras. Solo así nos quedaremos en primera división. VAMOS BOYS CARAJO.