SON UNA VERGÜENZA

Una mezcla de frustración, rabia, impotencia, cólera, decepción y resignación, es el conjunto de sentimientos que en este momento inspira el Sport Boys. La suma de todas esas sensaciones da como resultado la triste realidad del club más querido y emblemático del Primer Puerto. Una realidad tan patética y dolorosa que solo genera repudio entre los miles de hinchas rosados, quienes ven como once muertos humillan la sagrada y gloriosa camiseta rosada. Son once mediocres que salen al campo a dar pena, sin darse cuenta que están defendiendo el sentimiento de un pueblo. A esos fracasados poco les interesa el sentir de la gente.

Boys fue humillado en su propia casa, arrastrado como un trapo sucio, vejado hasta lo más profundo de su ser. El colero, el que no le gana a nadie, les metió un baile, le refregó en la cara que sin tener grandes jugadores son mucho mejor que ellos. Que pena da mirar como aquel equipo, de noches gloriosas y de partidos memorables, se va perdiendo en el olvido por jugadores que vienen a pasear, por “profesionales” que están pensando donde “hacerla” en vez de sacar adelante al equipo.

Quién no quiera estar en el equipo, que se vaya

Lo sucedido el sábado no tiene nombre. Algunos catalogan esto como una desgracia, otros como una infamia, y unos más radicales como una porquería. Y tienen toda la razón. El penúltimo lugar que ocupamos es una vergüenza para todos. No haberle podido ganar al colero, al último del torneo, demuestra el pobre nivel futbolístico y la poca vergüenza que tienen esos que salen a la cancha.

Es una total burla, que un equipo sin jugadores de nivel, venga al Callao y nos humille. Jamás se ha visto en la historia del Boys, que los jugadores salgan a la cancha a “webear”, en vez de asumir un compromiso, no solo con ellos, sino con los miles de hinchas que van a alentarlos. Por ello, la hinchada no aguantó más y desfogó toda su ira, toda su bronca, toda la impotencia que sienten al ver tan pobre espectáculo.

ohh que se vayan todos.. a la c...

Y que nadie se limpie de las culpas. Todos son responsables, desde el técnico que sigue experimentando con el equipo, creyendo que el fútbol se sigue jugando como en los 90, con tácticas que ni el mismo conoce, hasta los dirigentes que son parte de un circulo contaminado por la ineptitud e inexperiencia, donde abudan los “payasos” y los figurettis. Esos mismos que prometieron pelear algún cupo internacional de media tabla para arriba, esos sabios que dicen saber de fútbol y nunca en su vida han pisado una pelota. A todos ellos les quedó grande el cargo y nos están mandando directo al infierno.

Para variar, el panorama que le espera al Boys no es nada alentador. A mitad de semana enfrenta al Cienciano en el Cusco, luego a Alianza en el Callao y después al Inti Gas en Ayacucho. Sin duda, si no hay cambios en el plantel y siguen mostrando ese pobre nivel, difícilmente rescataremos algún punto, por lo que estaríamos condenados a ser coleros absolutos y firmes candidatos a perder la categoría.

El cambio tiene que darse de una vez. Una asamblea general es lo que solicita el socio, una restructuración total es lo que exige el hincha. Refuerzos de nivel y una buena dosis de “desawebina” para todos esos que pisan huevos y se sienten intocables. Se comenta de una purga dentro del plantel, por lo que esta semana será movida en la interna del club.

ROSADOS DE VERDAD

Por otro lado, trascendió que Carlos “Kukin” Flores estaría a punto de firmar por el equipo. Es más, en el estadio conversó con el presidente del club y su presencia estaría casi asegurada. Otros que estarían cerca serían Jorge Espejo, Flavio Maestri y Fernando Martinuzzi. Aunque al final, la decisión corre por cuenta de la directiva, quién tendrá que analizar que jugadores vienen con el compromiso de salvar la categoría.

Da pena decirlo, pero es nuestra realidad. Boys apunta a salvar la categoría y para eso necesita jugadores identificados, gente guerrera que le sobre huevos para afrontar los partidos y no “pechos fríos” que ni sienten la rosada.

La hinchada no va a permitir más humillaciones, o cambian por las buenas y se lleva la fiesta en paz, o cambian por las malas donde a más de uno no le va a gustar. VAMOS BOYS CARAJO.